sábado, mayo 05, 2007

La Vallesa y la línea Puig-Carasoles

Los ecologistas reconstruyen la «Inmediata», línea defensiva republicana en Valencia

Fuente: Levante-EMV

El avance de las tropas franquistas en la primavera de 1938 provocó que el Gobierno republicano se planteara una nueva estrategia defensiva para puntos clave como la ciudad de Valencia. De esta situación deriva el encargo de construir un grupo de líneas defensivas que formaran un arco en torno a la capital del Turia. En el tramo más inmediato, el Ejército republicano se aprovechó de las zonas boscosas y la orografía de barrancos de la Vallesa y el entorno del Turia. El resultado fue la construcción de un amplio complejo de fortificaciones que actualmente está casi en la ruina, la línea defensiva El Puig-Los Carasoles, conocida popularmente como la Inmediata. La Coordinadora en Defensa de los Bosques del Turia ha realizado un amplio trabajo de campo en la zona y ha logrado localizar hasta 121 puntos desde Manises a la Carretera de Llíria-Autovía de Ademuz. Los ecologistas han plasmado en cartografía y ortofotos el fruto de su trabajo, con el objetivo de conseguir que las Administraciones públicas otorguen al conjunto una figura de protección patrimonial y se rehabilite. Trincheras, búnkers, túneles, nidos de ametralladoras y plataformas lo componen. El trabajo ha sido realizado por José Durbán, especializado en patrimonio bélico en la Coordinadora. «Ahora las Administraciones públicas tienen la oportunidad de cumplir sus obligaciones sin excusas y recuperar y proteger esta red que forma parte de uno de los capítulos más importantes de la historia reciente» , explica. Los hallazgos se localizan en los términos municipales de Manises, Paterna, San Antonio de Benagéber y Riba-roja. Seis sectores La línea El Puig-Los Carasoles, o línea defensiva Inmediata, tenía 26 kilómetros de longitud. En la franja que han estudiado hasta seis sectores diferenciados en este tramo de la línea defensiva.
Muchos de los puntos se encuentran en alto estado de deterioro -en ocasiones se ha denunciado su uso como vertederos-y algunos han desaparecido debido al crecimiento urbanístico e industrial, a la transformación de zona forestal en campos de cultivo y, sobre todo, al hecho de que durante décadas «este patrimonio y su valor fueron silenciados y, hasta hace poco, no se ha despertado el interés por estos asuntos» , opinan los ecologistas.
En el trabajo, se incluyen fichas de cada uno de los 121 puntos con amplia descripción y localización de coordenadas UTM.
Según el presidente de la Coordinadora, Xavier Mayoral, «se trata del trabajo más exhaustivo que se ha realizado hasta la fecha de la línea defensiva en esta zona y con ello un patrimonio único toma carta de naturaleza en la historia de Valencia, por lo que esperamos que sea protegido y rehabilitado para su conservación y la posteridad». La mayoría de las construcciones se realizaron el hormigón y se excavaron y recortaron con pico y pala, por escasez de herramientas.
También se ha documentado a través de archivos militares que para construir esta línea -secundaria de la X,Y,Z que llegaba hasta Teruel-, se reclutaron batallones voluntarios de «arquitectos, aparejadores, encargados, maestros de obras, aislamientos e impermiabilizantes, encofradores y hierro armado, mosaistas y colocadores, montadores de cubierta, carpinteros, albañiles» y otras profesiones similares. Posteriormente, las brigadas se reforzaron con presos políticos, presos comunes y prisioneros de guerra.
En el tramo de la Vallesa operaba el Batallón D y tres compañías de reclusos -procedentes de Andilla, probablemente presos de guerra de las prisiones de Albacete- Provincial- y Chinchilla-, que eran entre 800 y 1.600 hombres. Condiciones de trabajo Una de las conclusiones del informe es que «las condiciones, muy malas en que se desarrollaron sus trabajos y la participación en las obras de colectivos de trabajadores voluntarios y movilizados, prisioneros, presos políticos y comunes, soldados no pueden ser olvidadas en el bagaje y la consideración de lo que significa la dureza de una guerra, pero también de las vidas que pudo salvar» , dice el documento. «Aún hoy, contemplar los diversos túneles y trincheras, recortados a pico y pala no deja de estremecernos, y nos hace reflexionar sobre la necesidad de evitar cualquier episodio semejante» , manifiestan los ecologistas en las conclusiones de su trabajo.