Hemos comentado en este blog con asiduidad sobre la importancia del patrimonio material de la guerra civil española (1936-39). También del patrimonio oral alrededor de las mismas. Por último, de los restos relacionados con el arte en la trinchera, epigrafías etc. Otro de los temas que aparecen relacionados con su historia en evolución es el de los usos fuera del contexto de escenarios bélicos.
Nos referimos a la habitación de las fortificaciones, a sus diversas formas de habitación y uso. Tanto el uso particular y privado como residencia transformada y adaptada a las necesidades de los tiempos, como al uso industrial o social de los restos.
Respecto de las formas de habitación podríamos hablar de la forma particular en el que en algunos casos fueron reutilizados por la guerrilla una vez transcurrida la guerra, también sobre la adaptación y habitación en el período de la emigración masiva en los años 50 o 60, algunas familias, ante la falta de vivienda reutilizaron algunas fortificaciones. También para el ocio han sido utilizados estos restos, el ejemplo más claro es el de una conocida asociación fallera de Valencia, en el barrio del Carmen, que ha venido utilizando un refugio de guerra como salón de baile. Encontramos alguna muestra de utilización sw polvorines y refugios en la zona del Puig que fueron o son habitados como segunda residencia o como anexos a segunda residencia. También en la misma línea hemos encontrado alguna fortificación dentro de una parcela usada para la jardinería, etc. Todavía hoy hemos encontrado una reutilización más sorprendente, acorde a los tiempos modernos y en el sentido moral totalmente contrario para el que fueron pensados. La reutilización como vivienda por parte del hippismo. Es decir, un uso del movimiento nacido en relación a la lucha por la paz durante la guerra del Vietnam que ha desarrollado la ocupación de espacios pensados para la guerra. Se trata de una reconversión total y acorde con los tiempos de paz para estos viejos restos del patrimonio. Por tanto, además de su uso en tiempos de guerra, las fortificaciones y trincheras de nuestros territorios han tenido un uso civil extenso e intenso. Han sufrido transformaciones y destrucción para su reutilización en viviendas o para la extracción del hierro de las estructuras armadas en tiempos difíciles, lo que explica gran parte de su deterioro actual y de su desaparición.
Los restos de la defensa de costa de la Isla de Menorca, construidos por el ejército republicano, son una muestra o un ejemplo de este uso al que aludíamos o, sus derivados, todavía en 2012. La cercanía de nuchas de estas defensas a la ruta turística y de paseos denominada "Camí de Cavalls" no debería desaprovechar este importante patrimonio y su historia, incluida su uso social y la posibilidad de su habitación para uso educativo, cultural, etc.
Las fotografías están tomadas en el verano de 2012 en las playas de Ses Grau y Son Saura en Menorca. Fotos JVDA.