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Fortificacions i trinxeres del País Valencià by José V. Durbán Aparisi is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.

domingo, agosto 01, 2010

Conservar el patrimonio de todos una necesidad de nuestra identidad como pueblo.

La desaparición y destrucción de muchos de los elementos defensivos de la guerra civil española, como de otros elementos patrimoniales ha sido consecuencia, en parte, de la actuación de intereses y circunstancias diversos.
En el caso de los elementos patrimoniales considerados artísticos, el expolio llevado a cabo ha tenido lugar durante siglo por parte de algnos especialistas interesados en los tesoros artísticos y restos arqueológicos con valor coleccionable. O simplemente por aprovechados inversores del patrimonio público de todos.
En el caso de nuestro patrimonio bélico, además del interés que pudo haber por hacer desaparecer los restos de la memoria de la guerra civil, o simplemente por el mas reciente proceso de urbanización acelerada de nuestro territorio, hubo otros intereses más pedestres. La reutilización de determinado tipo de  materiales como el hierro útiles para la construcción ocasionó la destrucción de parte de este patrimonio.
El uso público de los lugares históricos y sus restos es un elemento que habla de la cultura y grado de civilización alcanzado por los pueblos.
En el caso de España este interés es creciente, pero a veces parece que las administraciones andan muy por detrás de las demandas de la ciudadania, cuando hay dinero porque no se es prioritario y cuando no porque la crisis lo impide.
Sorprende encontrar en otros lugares de europa restos de este patrimonio, similar al nuestro, que sin embargo han llegado a conservar, sin vigilancia alguna, restos tam importantes como la propia maquinaria utilizada en la Segunda Guerra Mundial. Las ametralladoras, aunque oxidadas, se encuentran aún enclavadas en el mismo lugar que fueron abandonadas por los alemanes a finales de la contienda. El papel de una ciudadania apoyada por los estados ha sido my importante en todo ello. La dictadura, la miseria y el desarrollismo posterior poco contribuyeron a conservar el patrimonio. Ahora una ciudadania activa es el unico referente que tenemos para seguir demandando cultura y bienestar sin ningún complejo.
Parece sin embargo que ciertas autoridades locales se resisten y aún caminan en la inercia del expolio y los intereses especulativos por encima de todo. Ejemplos recientes, hemos comentado en este blog.
De lo que decimos hemos encontrado un ejemplo bien cercano en las costas de Narbona, en Francia. Ejemplo que habla de la distinta actitud de uno y otro país respecto de la cultura y el patrimonio. Seguramente las garantías sociales y económicas que ofrece una sociedad avanzada permite que la cultura de sus ciudadanos y ciudadanas sea más respetuosa con los restos materiales y el patrimonio aunque nadie los vigile.