Licencia commons

Licencia de Creative Commons
Fortificacions i trinxeres del País Valencià by José V. Durbán Aparisi is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.

martes, octubre 02, 2012

Nuevas iniciativas para la recuperación del patrimonio.


En Europa existen múltiples posibilidades de turismo, una de ellas el turismo relacionado con la bicicleta. Este turismo permite desarrolla comarcas o regiones que estaban abandonadas o mejorar su riqueza patrimonial. El caso de ligar patrimonio y ciclismo ha permitido en Francia la visita de la Línea Maginot. Nuestra propuesta es realizar un esfuerzo y apostar por que los ayuntamientos, además de aplicar medidas de austeridad al dictado de sus gobiernos respectivos abran nuevas posibilidades de promoción patrimonial y turística con imaginación. Por ejemplo, ¿Para cuándo una ruta en Bici por los restos de nuestro patrimonio incluido las líneas de defensa de la guerra civil? ¿Para cuándo una ruta por las distintas comarcas que tienen restos fortificados de las distintas épocas históricas?

 La línea Maginot un ejemplo a seguir.
 
Atravesar la Línea Maginot en bici es un viaje por el corazón de Europa que nos permite conocer en profundidad Alsacia y Lorena. Las dos regiones más disputadas y codiciadas de la primera mitad del siglo XX que posteriormente dieron lugar al nacimiento de la Unión Europea

La Línea Maginot fue una línea de fortificación y defensa construida por Francia a lo largo de su frontera con Alemania e Italia, después del fin de la Primera Guerra Mundial. El término Línea Maginot se usa indistintamente para referirse al sistema completo de fortificaciones, o exclusivamente para referirse a las defensas contra Alemania, en cuyo caso las defensas contra Italia suelen llamarse Línea Alpina. Frente a ella se hallaba la línea fortificada alemana conocida como Línea Sigfrido.

Este sistema debe su nombre a su promotor, el ministro de Defensa francés André Maginot, un veterano mutilado durante la Primera Guerra Mundial que inició el proyecto en 1922 y murió en 1932 sin ver terminada la obra.

La parte esencial de los trabajos se finalizó en 1936, en momentos en que la amenaza hitleriana parecía darle toda la justificación a este proyecto: es la mayor línea de defensa militar construida en el mundo moderno, y de una gran complejidad tecnológica y militar. Su costo total fue de 5.000 millones de francos de la época (más de 5.000 millones de euros de 2010, actualizando la inflación). La línea Maginot comprende 108 fuertes principales a 15 km de distancia entre sí, multitud de pequeños fortines y más de 400 km de galerías.

Los primeros proyectos de la Línea Maginot vieron la luz poco después de acabar la Primera Guerra Mundial con la creación de Commission de Défense des Frontières (CDF) en 1922. Esta comisión, con el Mariscal Petain a la cabeza, estableció los primeros esbozos. Este organismo se disolvió en 1927 y fue suplido por la Commission d'organisation des régions fortifiées (CORF). Esta última será el verdadero artífice de la construcción de la Línea Maginot.

Los trabajos empezaron en 1928, no en la frontera alemana, sino en la italiana, pues el fascismo italiano provocaba más inquietud que la República de Weimar alemana (Hitler aún no había alcanzado el poder). Se abrieron numerosas canteras a lo largo de 1929 en los Alpes y también en el Noreste francés.

Las fortalezas fueron propuestas inicialmente por el Mariscal Joffre. Se le opusieron modernistas, tales como Paul Reynaud y Charles de Gaulle, que propusieron que se favoreciera la inversión en armamento y aeronaves. Joffre tenía apoyo de Henri Philippe Pétain, y había un gran número de informes y de comisiones organizadas por el gobierno. Fue André Maginot quien finalmente convenció al gobierno que invirtiera en el proyecto. Maginot era otro veterano de la Primera Guerra Mundial, que se convirtió en el ministro francés de los asuntos del veterano, y después en ministro de guerra (1928-1931).

La línea fue construida en varias fases a partir de 1930 por el STG (Service Technique du Génie) y supervisadas por CORF (DES Régions Fortifiées del d'Organisation de la Comisión). La obra principal fue terminada en gran parte antes de 1939, con un costo de alrededor de 3 mil millones de francos franceses.

La línea se alargó desde Suiza hasta Luxemburgo, aunque una extensión mucho más simple fue ampliada hasta el Canal después de 1934. La línea original de construcción no cubrió el área elegida por los alemanes para su primer ataque, que fue a través de las Ardenas en 1940, un plan conocido como el Fall Gelb. La ubicación de este ataque, probablemente debido a la línea de Maginot, fue a través de las montañas belgas de las Ardenas.

La línea no evitó la derrota de Francia al comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1940. Por el contrario, las divisiones alemanas la rodearon y atacaron en la región de Sedán, en su extremidad occidental, de forma que los ejércitos aliados fueron cortados en dos. El error estratégico francés se basaba en la experiencia de la guerra de trincheras, que había forjado un paradigma bélico de grandes frentes de batalla estáticos. La introducción de nuevos elementos en el escenario, como las unidades acorazadas o la aviación de guerra, así como el uso de nuevas tácticas, hicieron que la línea Maginot pasase a la historia como uno de los fracasos estratégicos más costosos e inútiles.[cita requerida]

La línea podría haber cumplido con eficacia alguno de sus objetivos, especialmente reducir el número de tropas para guarecer la frontera, de haber prolongado su construcción hasta la zona boscosa de las Ardenas, desde donde conectarse con el sistema de fortificaciones belga -en particular el Fuerte Eben-Emael que en cualquier caso fue rápidamente conquistado por fuerzas aerotransportadas alemanas durante la Batalla de Francia-. Sin embargo, las Ardenas eran consideradas como de fácil defensa debido a lo accidentado del terreno: una zona de bosques atravesada, además, por el río Mosa. Y finalmente no fue reforzada, lo que propiciaría la penetración alemana en la ofensiva de 1940.


Curiosamente, durante la dirección de La academia General de Zaragoza del general Francisco Franco, André Maginot, Ministro francés de la Guerra, le invitó a ver las obras de la Linea Maginot. Al ver que el militar español se mostraba poco interesado al respecto, le pregunto que opinaba y de las mismas, a lo que este le contestó "Me parece una magnifica ratonera para un ejército". Sin embargo, debido a su juventud, sus palabras no fueron tomadas en serio.