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Fortificacions i trinxeres del País Valencià by José V. Durbán Aparisi is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.

martes, septiembre 01, 2009

Restos materiales.


A lo largo de los frentes de combate también quedaron restos materiales. Prueba del combate y del paso de los combatientes. Son materiales que tienen un valor documental para el investigador y el experto, pero también porque pueden formar parte de futuros museos locales o regionales.
A pesar del tiempo transcurrido y del expolio realizado, unas veces por necesidades propias de los tiempos y otras obra de coleccionistas o interesados en el tema, siguen existiendo muchos de estos restos que nos hablan de la dureza del combate y de los medios que se utilizaron. Son restos de metralla, de bombas, cartucheras, candiles, de balas de fusil y amtetralladora, etc. que ha perdurado en los lugares donde hubo combate.
Es importante que esos restos no se pierdan que lleguen hasta las instituciones que los pueda proteger y guardar, dando noticia del lugar donde fueron encontrados.
Pero también hay que tener cuidado, en ocasiones algún artefacto ha explotado causando la desgracia de quien lo ha encontrado. Por todo ello hay que ser cautelosos cuando se encuentre algún material peligroso como puede ser una bomba no explotada o una bala.
Tampoco debemos destruir o remover el terreno como falsos arqueólogos aficionados, porque podemos estar estropeando parte de una labor que ha de ser cuidadosa y protocolizada.
Hemos iniciado entre todos el camino de la recuperación del patrimonio bélico de la guerra civil, los lugares de la memoria y los lugares históricos que podrán ser visitados por generaciones futuras, esta tarea es de todos y ha de continuar para que no se pierda parte de nuestro pasado reciente.

La foto está realizada en Espadán el invierno pasado y recoge un fragmento de un correaje de la trincha de un soldado.

1 comentario:

Unknown dijo...

La foto muestra una imagen tomada durante la primera excursión de la Asociación para la recuperación de la Memoria Histórica del Alto Palancia a las posiciones de la Guerra civil española que se conservan en los municipios de la comarca.

Más concretamente, en una cota fuertemente atacada y contratacada por las tropas republicanas del Cuerpo de Ejército "A" de Guemes, y la 1ª División Navarra del Destacamento de Enlace de García-Valiño.

El enclave se encuentra prácticamente dentro de la posición de resistencia republicana Línea X-Y-Z, y fué tomado por las tropas rebeldes en el verano de 1938, con un enorme número de bajas, en la partida de Almenaria, concretamente en dos cotas gemelas conocidas como "Las dos tetas". Estas cotas apenas estan separadas por un centenar de metros, y en la cota norte se establecieron las tropas insurgentes, que tuvieron que dotarse, dadas las dificultades para mantener la posición, de suministros de todo tipo, levantando parapetos, nidos de ametralladora, búnkers e incluso un aljibe por los zapadores de la 108 Divisón, una vez que la 1ª Navarra partió hacia el Ebro a mediados de agosto.

Fruto de esa situación de asedio permanente por las bien posicionadas defensas republicanas que hicieron imposible el avance nacionalista, que no tuvo otra opción que atrincherarse frente a la bien concebida Línea X-Y-Z, tomada la cota a modo de fortín, las tropas de quienes se rebelaron contra el Gobierno de la República Española, debieron consumir, en sus primeros días de ocupación de la posición, rechazando los contraataques republicanos, gran cantidad de alimento enlatado, que junto a las pérdidas de vidas humanas y el uso enorme de bombas de mano, la cota todavía conserva restos de aquellos lejanos, y tan cercanos, días de guerra, entre ellos, el resto de correaje de la imagen, así como bombas de mano, casquillos de bala, latas de todo tipo, alambre de espino, suelas de goma, algunas de ellas todavía con las tachas incrustadas en la reseseco material, etcétera, así como numerosas inscripciones.

Una invitación, en definitiva, para, desde el respeto, apreciar la envergadura de aquella catástrofe, desde los mismos lugares en que la vivieron sus protagonistas, españoles como nosotros, algunos de ellos todavía vivos, que llevaron puesto, hasta el final de la guerra o hasta su muerte, correajes como el de la imagen.