Es tracta de la XVI Jornada que es celebarà a Vistabella. Unes interesants jornades de memòria a la comarca del nord del País Valencià. 19 de juliol, 20 i 15 d'agost.
Aquest blog, pretén fer un recorregut per les fortificacions i trinxeres del País Valencià. L'objectiu és recuperar el patrimoni material de la guerra civil (1936-39) al País, reivindicar-lo, comprendre-lo. Per això, si comparteixes aquests valors, pots visitar-nos, intercambiar informació. Si desitges comentar qualsevol questió, deixa la teua adreça electrònica. Pots comunicarte a travers de: profesor.durban@gmail.com
Es tracta de la XVI Jornada que es celebarà a Vistabella. Unes interesants jornades de memòria a la comarca del nord del País Valencià. 19 de juliol, 20 i 15 d'agost.
UNA DIDÁCTICA DE LAS PIEDRAS. HISTORIA PÚBLICA Y MOVIMIENTOS SOCIALES(1)
El patrimonio militar de la guerra civil (tanto la defensa activa como la pasiva) no se consideró tema de estudio hasta principios del siglo XXI. El sujeto de la historiografía sobre aspectos militares había quedado vinculada a historiadores franquistas Salas Larrazabal (1973), Martínez Bande (1968-1985) preocupados por la estrategia de la batalla y sus causas, el papel de los ejercidos y las decisiones de los generales victoriosos; con las obras de Antony Beevor (2005), Gabriel Cardona (2006) o Michael Alpert (2007), se recuperó los estudios sobre el enfoque militar de la guerra civil con una nueva orientación marcada por una visión más amplia y crítica. Paul Preston (2000) apuntó la importancia defensiva de las trincheras en la batalla de Valencia. En la historiografía valenciana, salvo en el caso de Carlos Llorens (1978), Albert Girona Albuixech (1986) y Eladi Mainar Cabanes (1998) poco se había escrito sobre aspectos puramente militares (2).
1. Movimientos sociales e historia pública.
Entre 2007 y 2010 historiadores locales empezaron a publicar sobre historia militar de la guerra civil en la Comunidad Valenciana, trabajos minuciosos sobre la batalla de Levante. Cabe mencionar entre
ellos a Edelmir Galdón Casanoves (2010), Blas Vicente Marco, Carlos Mallench Sanz, Antonio Moreno Tenas, Ramón J. Navarro, Lara Cardona o Jorge Vera de Leyto participantes en una obra colectiva inicial muy importante para el reconocimiento de los restos materiales de la batalla y sus trincheras en
las comarcas valencianas del Palancia y Valencia (Aguilar, 2011). Un aspecto en el que coincidían estos estudios era que se trataba de una batalla poco conocida y las razones por las que fue olvidada. El franquismo no quiso reconocer la derrota al intentar llegar a Valencia, por lo que la ocultó; ésta sería la tesis en la que coincidieron entonces estos estudiosos. Este proceso estuvo acompañado de un intenso
trabajo de los movimientos sociales y me morialísticos (3) por la reivindicación del patrimonio material que había dejado la defensa valenciana y su reconocimiento legal como bienes de relevancia social y cultural en lugar de piedras olvidadas en el paisaje valenciano, fue un ejercicio de divulgación comparable a lo que hoy se llama en el ámbito anglosajón historia pública. Es decir, una historia que procura la producción y difusión del conocimiento acercándose a una vía colaborativa entre profesionales de las ciencias sociales y una ciudadanía implicada en su pasado y la relación con su presente. La historia pública permite plantear retos importantes como son la investigación y difusión de la historia ligada a cuestiones que forman parte del interés de los profesionales, pero también de los ciudadanos haciendo de la historia una materia accesible y democrática (Torres Ayala, 2020).
Sostenemos que esa convergencia entre movimientos sociales de carácter memorialístico, patrimonial, ecologista y/o profesionales de las ciencias sociales y de la historia fue decisiva para la
recuperación de nuestro patrimonio bélico de la Guerra civil (4), y ponerlo en valor ante la ciudadanía junto al relato de la batalla olvidada. Un patrimonio y una memoria que hasta entonces era extremadamente inestable al no tener cobertura normativa ni académica, existía por el contrario una tradición antipatrimonialista (Samuel 2014) sobre estos elementos.
2. Movimientos sociales y disputa por el patrimonio.
El patrimonio bélico de la guerra civil en la Comunidad Valenciana era hasta el siglo XXI un patrimonio no reconocido, que no formaba parte de la agenda política, tampoco era un elemento de estudio de la historiografía, ni estaba protegido. El patrimonio material bélico era circunstancial en la batalla, y frágil ante las presiones de todo tipo. No hay más que recordar la construcción de la autovía en Lliria (CV-35) a finales del siglo XX que acabó con centros y puntos defensivos muy importantes del km 11 sin ningún tipo de estudio arqueológico, la urbanización de las playas del Puig y la destrucción de casamatas y defensas de costa, o las fortificaciones de la Pedrera desaparecidas con la construcción de la carretera de Barcelona (autovía del mediterráneo) lo hacen patente. Las infraestructuras y segundas residencias habían afectado a este patrimonio como mínimo documentado desde 1973 (5); en el territorio, el afán constructivo del ladrillo y la desmemoria no tuvo ningún inconveniente en derribar esas piedras que no tenían quien las protegiera y las hiciese compatibles con una sociedad ya democrática. Así se derribaron en urbanizaciones como Entre Pinos (L’Eliana), en San Antonio de Benageber, en Rafelbuñol producto de las transformaciones agrarias en la zona de los Germanells, en Ribarroja en las canteras a cielo abierto, en la carretera de Manises (CV-370), etc.
La indefensión de los vestigios de la guerra civil cambió a partir de la actuación de los movimientos sociales al reivindicar su protección, y con un ejercicio de acción directa (Samuel, 2014) con denuncias en prensa, televisión y propuestas de protección de este patrimonio ante las instituciones.
Reivindicaciones que se hicieron más intensas a partir de 2007. (6 )
No era una simple intervención sobre el patrimonio, era una disputa sobre la memoria y la historia, pues significaba reinterpretar un patrimonio-memoria, no sólo por su valor como elemento de la batalla,
como estrategia de los soldados y generales victoriosos (tal y como había hecho la historiografía tradicional franquista), era necesario resignificar los elementos como producto del trabajo de la retaguardia; un trabajo colectivo por la defensa de esa democracia. Había que introducir la idea de que la defensa en los frentes es inseparable de la movilización general de los ejércitos; de las técnicas e instrumentos empleados; de la tecnología del combate. Sin embargo, estas construcciones no se puede entender sin las convergencias sociales y organizaciones que las promovieron; del ejercicio político de
los gobiernos; del trabajo de los voluntarios; de los batallones de trabajadores; de la selección del personal especializado que debe llevar a cabo la fortificación; de la contribución de las mujeres en la retaguardia en la construcción de refugios y trincheras; del papel de la propaganda y los medios de prensa; de la aplicación de la economía en la guerra o la transformación de las ciudades; del paisaje, e incluso de los cambios sobre la vida cotidiana de las personas. Se trataba de entender que no puede existir una tecnología de guerra eficaz sin formar parte de una construcción social que le acompañara. Incluso podría ser una aportación de la memoria republicana a lo que en los primeros años el siglo XX empezaba a conocerse como una “cultura de la defensa”, es decir, una cultura de la defensa democrática en la que el pueblo participa activamente, junto a las fuerzas militares y el gobierno, en la defensa constitucional de la nación democrática
Una disputa porque era necesario plantear la defensa de Valencia y sus líneas defensivas como un conjunto integrado en una guerra total. Hasta 2006 y 2007, el conjunto defensivo que conformaban las
líneas defensivas valencianas no había sido un elemento global y su tratamiento había sido parcial, local, nunca como conjunto general con una singularidad propia como un BIC (Durbán, 2008). Y esto
no era casual, careció de investigación e interpretación sobre la funcionalidad de la tecnología de las trincheras en el campo de batalla al haber sido consideradas elementos subalternos de la estrategia de guerra.
Además, el patrimonio material de la batalla tiene un valor no sólo como bien material por su interés simbólico o funcional, como lugar de memoria (Nora, 1984). El patrimonio puede tener un valor añadido a la historia, el valor de la disputa democrática sobre el pasado, como ha dicho justamente Daniel Rico (2024). Ante estos testimonios materiales de la memoria y de la historia hay que debatir y preguntarse sobre cuestiones como: ¿por qué fue necesaria su construcción?, ¿qué derechos y valores se defendían? ¿quiénes son los que las construyeron? o ¿cuáles fueron las consecuencias de la derrota?,
¿cuál era el contexto de referencia internacional de la guerra?, ¿por qué se destruyó con posterioridad?
Son, las trincheras, testigos materiales que conllevan una carga didáctica, la posibilidad de una disputa necesaria sobre el reconocimiento histórico del contexto en el que se produjeron los hechos. Más allá del res gestae de la batalla (los hechos), cabe el rerum gestorum (su interpretación).
En definitiva, era una disputa sobre lo que se denominan “patrimonios disonantes” (Ashwort, 2005) al referirse a aquellos patrimonios que fueron construidos para una finalidad concreta y que, con el
paso del tiempo, la batalla política o los elementos ideológicos, religiosos, etc. se vuelven en elementos con un significado cambiante que forman parte de una disputa social, dado que distintos grupos les
atribuyen distintos significados y formas narrativas distintas sobre el pasado. Un deber de memoria que, en la Comunidad Valenciana, a diferencia de otros lugares del Estado, todavía no hemos cumplido.
3. Nota final
La bibliografía de los aspectos militares de la guerra civil española referida a los campos de batalla (Teruel, Belchite, Guadalajara, Jarama o Ebro) ha sido renovada sobre todo desde las aperturas de los archivos militares que eran campo exclusivo de los historiadores franquistas. En el País Valenciano, se han producido una serie de aportaciones importantes referidas a La batalla por Valencia (7) de forma global, y publicaciones de carácter local y comarcal como las historias de la Guerra en el Alto Palancia.
Una defensa que había sido olvidada por considerarse una derrota por los franquistas según el historiador Vicent Grau Reig (2021), tuvo interés para los historiadores valencianos a partir de los inicios del siglo XXI y sirvió para renovar la visión sobre la batalla menos conocida de la historia de la
Guerra Civil española.
La divulgación de la literatura de los campos de batalla ha supuesto también otro campo, no una división, un campo complementario; la reivindicación de unos elementos subalternos en la narración de
las batallas y sus estrategias: las trincheras y fortificaciones que eran el testimonio material de una memoria colectiva, pero que estaban enterrados literalmente, habían sido destruidos y formaban parte de la desmemoria y el olvido. Al concepto y estrategia de la batalla se añade la reivindicación del patrimonio-memoria y también, hemos añadido, su valor de patrimonio como disputa democrática.
La convergencia de estas investigaciones con la potencialidad reivindicativa y divulgativa de los movimientos sociales han sido factores clave en su recuperación memorística, histórica y social, y en
su reconocimiento legal junto a otras instituciones académicas, culturales e institucionales.La agenda por el inventario, la catalogación y la recuperación del patrimonio material de la Guerra Civil, de las
trincheras y fortificaciones, como testigos excepcionales de la memoria, cambió a partir de la intervención social, esto podría ser entendido como una especie de historia pública, en términos anglosajones. Reconocer el trabajo de estos movimientos vecinales, populares, de asociaciones cívicas
por el patrimonio material de la Guerra Civil es un deber de justicia y reconocimiento de una realidad que ha quedado plasmada en hemerotecas y en la realidad del paisaje valenciano, aunque no sea singularidad valenciana.
Por último, este paisaje de trincheras que parecía una fantasía virgen en un territorio desierto y sin historia (Brioni, 2021), para los urbanizadores y las élites políticas del pasado, ha recuperado su historia y memoria, su dignidad y su reconocimiento legal, su uso como elementos didácticos y conmemorativos democráticos. Pero hace falta no confiarse demasiado, todavía hoy episodios como el de Mas Camarena en Bétera o San Antonio de Benagéber nos recuerdan que la disputa estricta por el patrimonio es un episodio de absoluta actualidad.(8)
Notas
1. Artículo publicado en la revista de CAMDE-PV Els nostres quaderns. Nº 4 segon semestre 2025. p. 41-48. El autor es profesor de Geografía e Historia y ha colaborado con la Coordinadora de Bosques del Turia.
2 En 2004 la comisión de patrimonio cultural del Consejo Valenciano de Cultura emitía un informe líder: “La conservación del patrimonio histórico militar de la Guerra Civil (1936-39)”.
3. La Asociación de Memoria Histórica del Alto Palancia o la Coordinadora en Defensa de Bosques del Turia, el Ateneo Republicano de Paterna entre otros.
4. Un informe del Consejo Valenciano de Cultura de 2016 sobre los refugios antiaéreos recordaba que el consejo había realizado algunos informes anteriores sobre refugios o fortificaciones a demanda de entidades ciudadanas como la Asociación de Vecinos y Comerciantes del Barrio del Carmen en 2007, o la Coordinadora de los Bosques del Turia ‘ en 2008. También la UVEG emitió informe en 2008 a demanda de dicha Coordinadora.
5 Existe un expediente referido a la demanda de autorización de un
nido de ametralladoras dirigido al Ministerio de defensa con esa fecha,
por parte de un agente urbanizador del paseo marítimo.
6 Un periódico local recogía el siguiente titular: Las obras de ampliación de la autovía de Llíria destruyen un búnquer de la Guerra Civil. Una coordinadora vecinal exige al Consejo que pare los trabajos. Levante-EMV, 18 enero de 2007.
7 Así le llama Edelmir Galdón Casanova en su libro al referirse a la batalla de Levante.
8 En el momento de redactar este artículo la Fiscalía Provincial de Valencia ha pedido la investigación de los hechos ocurridos en Mas Camarena a raíz de la urbanización del R-13 y la destrucción de las trincheras aparecidas en La Jonquera II.
Bibliografia
AGUILAR, C.R., La Guerra Civil en el Alto Palancia. La comarca en la defensa de Valencia (1938), Segorbe, Instituto de Cultura del Alto Palancia, 2011.
ALPERT, M., El Ejército Popular de la República 1936-1939, Barcelona, Crítica, 2007.
ASHWORTH, H., Horror and human tragedy revisited. El management of sites of atrocities for tourism, New York, Cognizant, 2005.
BEEVOR, A., La Guerra Civil Española, Barcelona, Crítica, 2005.
BRIONI, S., El cuerno de África e Italia: encuentros culturales, coloniales, poscoloniales y transnacionales, Berna, Peter Lang, 2021.
CARDONA, G., Historia militar de una guerra civil. Estrategia y táctica de la guerra de España, Barcelona, Flor del Viento, 2006.
DURBÁN, J., “70 aniversario de la batalla de Levante”, Levante EMV, 24 de julio de 2008, p. 7.
GALDÓN CASANOVES, E., La batalla de Valencia. Una victoria defensiva, Valencia, PUV, 2010.
GIRONA ALBUIXECH, A., Guerra y Revolución en la Comunidad Valenciana (1936-1939), Valencia, Eliseu Climent,1986.
GRAU REIG, V., La batalla de Levante, una victoria silenciada, Castellón, UJI, 2021.
LLORENS, C., La Guerra en Valencia y en el frente de Teruel, Valencia Fernando Torres, 1978.
MAINAR CABANES, E., De milicianos a soldados, las columnas valencianas en la Guerra Civil Española (1936-37), Valencia, PUV, 1998.
MARTÍNEZ BANDE, J.M., Monografías de la Guerra Civil Española, Madrid Editorial San Martín, 1968-1985.
NORA, P., Las lieux de la mémoire, París, Gallimard, 1984.
PRESTON, P., La Guerra Civil Española, Barcelona, Mondadori, 2000.
RICO, D., ¿Quién teme a Francisco Franco?, Barcelona Anagrama, 2024.
SALAS LARRAZABAL, R., Historia del Ejército Popular de la República, Madrid, Editorial Nacional, 1973.
SAMUEL, R., “Antipatrionalismo”, en R. SAMUEL, Teatros de la memoria. Pasado y presente en la cultura contemporánea, Valencia, PUV, 2014, pp. 322-325.
TORRES AYALA, D., “Historia Pública. Una propuesta para pensar y repensar el quehacer histórico”, Historia Social (2020), pp. 229-249.
Los próximo 11, 12 y 13 de julio se celebrarán las III Jornadas de Recreación Histórica de Viver. La localidad castellonense de la comarca del Alto Palancia recoge sus III Jornadas organizadas por el Ayuntamiento de la localidad y con el apoyo de una serie de entidades locales asociadas a la batalla de Levante.
Durante el fin de semana se realizarán charlas (Blas Vicente/Carlos Mallench), feria de coleccionismo militar de segunda mano, presentación de libros, visita guiadas a los espacios de la batalla, recreaciones y verbenas de la época. La recepción e inauguración se realizará en la casa de la cultura y el resto de actividades vienen señaladas en el programa.
En el mes de julio de 1938 se produjo el episodio final de la conocida como batalla de Levante en el sector de Viver y la Sierra del Toro, el intento de penetración del ejército sublevado, en la conocida como ofensiva sobre Levante, fue finalmente desbaratada por las fuerzas republicanas en una defensa activa que resistió en el frente atrincherado de la XYZ.
La batalla fue tan destructiva que años después se tuvo que restaurar parte del patrimonio del pueblo dentro del programa de Regiones Devastadas (Iglesia parroquial y viviendas derruidas).
Desde los inicios del siglo XXI una serie de personas y colectivos locales se han dedicado voluntariamente a la recuperación de vestigios fortificados e investigación de los hechos. Fruto de este trabajo se creó un pequeño espacio de interpretación. A partir de 2022 se creó el CIBAL (Centro de Interpretación de la Batalla de Levante) en el convento de los frailes mínimos, que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Viver y está coordinado por la Oficina de Turismo.
Adjuntamos el programa con las actividades y el horario completo.
Cartel oficial de las III jornadas.Mas información en oficina de Turismo: 679881627 viver@touristinfo.net
El passat dimarts 17 de juny es va presentar a la seu de la Societat Coral el Micalet el número 4 de la revista Els Nostres Quaderns corresponent al segon semestre de 2025 amb el títol Rescatant Memòria.
Amb el finançament de la Diputació de València ha pogut publicar-se aquest número dedicat a les polítiques de la memòria . El sumari rescata interessants articles dedicats a la memòria democràtica desde el sindicalisme , el treball en fonts orals, patrimoni i memòria, jornades d'educació i memòria o documentació sobre afusellaments. Tanca el treball amb una treball de Ricard Camil Torres dedicat a les efemèrides dolentes.
La presentació va comptar amb l'assistència d'un nombros grup de persones que acompanyaren les intervencions d'Angel Gonzàlez, President de la CAMDE-PV, Susana Gisbert, Fiscal de Memòria Democràtica i Drets Humans, Natalia Enguix delegada de Memòria de la Diputació de València i Cristina Escrivà directora de l'edició.
Com va dir Àngel Gonzàlez a la presentació: "ací us deixem aquest últim treball de Els Nostres Quaderns, perque a les vostres mans es convertisca en un esmolat instrument contra la desmemòria, el silenci,l'oblit i la mal intencionada tergiversació del fets..."
Absolutament recomanable.
Un fortín en La línea de Defensa Inmediata (Ribaroja de Túria). Fotografía: Cristophe Castallano. Diciembre 2008.
La historia de la línea de Defensa Inmediata a València en los casi últimos veinte años ha sido una historia de reconocimiento como parte del patrimonio material de la Guerra Civil en el territorio valenciano. Con la modificación de la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano en el 2017 sus elementos adquirieron la categoría de bienes de relevancia local, era una opción. Los movimientos sociales (fundamentalmente la Coordinadora de los Bosques del Turia) había demandado desde 2008 su reconocimiento como conjunto de interés histórico desde 2008. En 2007 ya se solicitó su reconocimiento como BIC. Este planteamiento obedecía a dos cuestiones básicas: uno, la consideración como conjunto y no como bienes materiales aislados y dos, el planteamiento municipalista podría contribuir a la dispersión; dispersión de diseño, dispersión administrativa, dispersión política, y todo tipo de presiones locales de interés particular sobre este patrimonio (hemos visto los pulsos con los intereses urbanísticos, por citar solo un ejemplo). Ante estas dos objeciones siempre se contrapuso la idea de que era más facil de gestionar el patrimonio local, que no el patrimonio BIC.
Por otro lado se argumentaba que cualquier intervención se podría coordinar municipalmente con otros municipios en proyectos comunes, por medio de un plan director. Ni una cosa ni otra han sucedido, el plan director sigue en el sueño de los justos, la gestión municipal ha llevado a multitud de casos y dispersión ya que cada situación concreta ha generado situaciones diferentes; cambios de gobiernos municipales, colores políticos diferenciados y diferentes posiciones respecto del patrimonio, presiones urbanísticas y construcción de infraestructuras...puestas en valor con criterios contradictorios, resignificación arqueológica-técnica, pérdida del sentido histórico, de la memoria etc.
En 2022, de nuevo de la mano del CVC y la Universidad de València se volvió a pedir la iniciación del expediente como BIC, aún gobernaba la coalición PSOE-Compromís-Podemos, con el nuevo gobierno PP-Vox la cosa sigue en punto muerto.Nadie ha respondido a la solicitud de BIC realizada por estas entidades a través de la Coordinadora de los Bosques del Turia con fecha de 21 del 11 de 2022 con número de registro PRO01/2022/17071. Nadie contestó nunca a esta solicitud, ¿se incurrió en prevaricación? ¿es eso lo normal, que la administración no conteste a una solicitud ciudadana avalada por instituciones de prestigio cultural como el Consell Valencià de Cultura y la Universitat de València? ¿Quién responde? Lo demás fueron declaraciones de intenciones en la prensa y en el papel y de ellos hay pruebas. Pero esta demanda fue real y por escrito, con registro, como hemos visto, al otro lado, ¿nadie responde?. ¿No hay ninguna autoridad que intervenga? Una de las noticias publicadas en prensa, que nunca se hizo realidad.
Una de las plataformas: Foto Marius Climent, junio 2023.
De la inspección sobre el terreno se derivan varias cuestiones interesantes. La primera es que el R-13 continua en marcha y en el constatamos la aparición de varias plataformas artilleras. Estas plataformas, semienterradas necesitarían de una inspección urgente por parte de los Servicios Arqueológicos Territoriales de Valencia. Las fotografías que mostramos en este blog corresponden a estas posiciones artilleras y han sido realizadas por Marius Climent, ya hace unos meses. Estas plataformas están situadas al este del vial construido que limita con la zona de trincheras ya descubierta y sobre la que el CVC y los servicios de Inspección de Patrimonio ya realizaron informe.
Sobre el R 14, no hemos encontrado inicialmente ningún resto, aunque si que existe alguna piqueta, que por su profundidad y grosor, valdría la pena estudiar y rescatar como indicio de alguna construcción. Más bien se podría decir que por su grosor se asemejan a las fabricadas en los altos hornos, de excelente calidad.
En el R 14 En el R 11 y R12 existen notables conjuntos de trincheras y fortificaciones así como varios refugios con doble entrada y almacenes, formando un conjunto situado en Junquera de notables dimensiones. El lugar se encuentra en estos momentos abandonado, sin vigilancia y utilizado como estercolero de todo tipo de enseres. Aunque todo el conjunto, que ocupa casi una hectárea de terreno, debido al camuflaje y el estado de abandono resulta casi inidentificable. Como muestra, los vecinos que nos acompañaron y que pasean habitualmente por la zona, no tenían conocimiento de este Centro de Resistencia. En su posición se encuentran dos fortines y el foso para la construcción de un tercero que están dirigidos contra el acceso por la antigua carretera de Paterna. Además del interés de este Centro, desde el punto de vista estratégico, destaca por su situación inmejorable de cara a su recuperación como espacio verde. Según se comentó se había pedido una subvención para la puesta en valor del conjunto a la Diputación que después fue devuelto. Esta cuestión deberá ser confirmada por otras fuentes. Pues de ser cierta introduciría otros elementos de confusión en el actual conflicto.
Fotos plataforma artillera R 13. Marius Climent.
En las siguientes fotografías se muestran detalles de la piqueta en terreno pedregoso y recubierta, que por su grosor y tamaño, así como la profundidad en el enterramiento, podrían ser evidencias de la utilización de las mismas en 1938 para proteger las fortificaciones de la zona. O, en otro caso, haber sido reutilizadas con posterioridad para otros fines. Son objetos, de carácter artificial, que podrían ser considerados evidencias arqueológicas de una fortificación y deben ser estudiados y evaluados antes de conceder los permisos de construcción, para su posible catalogación.
Detalle de una piqueta: Foto, José Durbán, junio 2025. Detalle de piqueta en el R-14 de Bétera: José Durbán.El diario Levante-EMV en su edición del 2 de junio de 2025 informa sobre nuevos hallazgos de estructuras defensivas en su término. Al mismo diario informó del inicio de excavaciones en 2022. Las fortificaciones eran hasta ahora distintos elementos defensivos como trincheras, puestos de tiro, etc. parece que reforzados en los últimos momentos de la ofensiva sobre levante realizada por las tropas sublevadas.
Los arqueólogos José Rafael Martínez y Sonia López están trabajando en este proyecto que ha recibido las subvenciones de la Diputación Valenciana. Se han recuperado trincheras, puestos de tiro, nidos de ametralladora, almacen y otras en la zona de la Ermita, donde quedan por excavar unos 100 metros de trinchera. En la nueva zona, detrás de la iglesia y el colegio, puede haber más de 100 metros de trinchera y un refugio, aunque el mal estado no ha permitido todavia establecer una idea completa de la existencia de otras estructuras.
El periódico añade: "El descubrimiento del documento del coronel Eixea en el Archivo General de Ávila, a manos de los investigadores Eduardo Bravo, Juan Francisco Gómez, José Ramón Carbonell y José Ángel Baños, que describe todas las fortificaciones republicanas existentes en 1939 en el Camp de Morvedre ha sido de gran ayuda en este proyecto, puesto que este escrito describe con cierto detalle los elementos defensivos que había en las distintas poblaciones en 1938; sus localizaciones y en algún caso, incluso medidas. Documento en el que se habla de este segundo nido de ametralladora en la zona de la ermita."
El coronel Manuel Eixea Villar (1881-1939), nacido precisamente en Segorbe/Villareal , fue uno de los militares profesionales que participó en la defensa de Valencia. Formado en infantería había tenido destino en Marruecos. Ingresó en la Escuela Superior de Guerra de Madrid, donde se diplomó en un curso de Estado Mayor. En 1933 era teniente coronel. Cuando estalló la guerra se afilió al PCE, ya en Valencia, y participó en la columna Eixea-Uribe. Intervino en la defensa de Madrid donde fue herido, en el frente de Teruel y en el XIX cuerpo de ejército.Fue nombrado comandante militar de Castellón, tras la caída de la ciudad formó parte del Estado Mayor asesorando al general Rojo. Acabó enfrentado con los asesores soviéticos y con los casadistas y quedó en Valencia en abril del 39 . Al terminar la guerra fue detenido por el S.I.M., juzgado por rebelión y fusilado en Paterna el 15 de julio de 1939. Esperemos que el proyecto pueda seguir adelante con las subvenciones solicitadas y pronto se pueda utilizar su puesta en valor para visitas de escolares y ciudadanos. Será de este modo un elemento contundente de nuestra historia y de la defensa de su memoria democrática, además de homenaje a aquellos que la defendieron en justa causa.